VIAJE A MALTA (VIII) GASTRONOMIA.
Acostumbrado a la deliciosa gastronomía que en cualquier lugar de nuestro país se puede degustar es difícil que la de otros paises te pueda sorprender.En este viaje sin embargo si me ha sorprendido y muy gratamente.
La cocina maltesa está muy condicionada por el hecho de ser una isla y evidentemente tener en el mar una las despensas de su cocina.A pesar de la presencia del mar Malta tiene, que contradicción, más cazadores que pescadores. Quizá por ello uno de los platos típicos de su tenga como ingrediente principal al conejo.
Dada su cercanía con Italia, la isla como ya sabeís todos se localiza al sur de la famosa bota,la influencia italiana en la cocina se deja notar sobremanera.
La mayoría de restaurantes, sobre todo en las zonas turísticas, son regentados por italianos o en su defecto por malteses que peparan platos italianos.
En St. Julian´s , ciudad turística como he venido describiendo en las entradas anteriores, encontramos una gran oferta gastronómica.
Una vez enterado de aquellos que me podían ofrecer más garantía y muy cerca del hotel encontré el Bococcino."El Bococcino" es un local pequeño de no más de 8 mesas con las puertas abiertas y situado en la acera contraria al paseo marítimo.La primera impresión es la de un café o bar donde como mucho te sirven un bocadillo o algo de bollería, quizás por ello pasé por su puerta sin prestarle demasiada atención las dos o tres primeras veces.Pero un ataque repentino de sed me hizo entrar en él y mientras me refrescaba pude observar como servían en la mesa de al lado un tremendo plato de pasta , del que pensé comerían dos o tres personas.
Decidí en ese instante probar también esa pasta y no sin cierta dificultad y con un amezcla de italiano e inglés entablé conversación con el dueño.Tony es el propietario del restaurante.Es un tipo amabilisimo y conocedor de su negocio como pocos he visto.No importa la hora a la que llegus a su casa,nunca te iras sin comer."Full time" 24 hours recalca cada vez que el cliente cruza la puerta de su casa.
Me recomendó , el primer dia , que me tomara una cerveza tranquilamente mientras cocinaba un suculento plato de pasta con salmón y vodka del que perfectamente podían haber salido satisfechos dos comensales más.(para los que me conoceís imaginaros, ya que yo no soy de comer). La pasta estaba cocinada en ese punto que sólo los buenos cocineros italianos saben darle.Absolutamente deliciosa.Tony se quedó sorprendido cuando vio que podía con el plato y que acababa con él."Pocos lo consiguen" me comentó.
¿Y el precio? Valorar vosotros.Dos pintas de cerveza, un plato de pasta y un expresso me costaron 5,50 liras, que al cambio en € vienen a ser 12 €.
Ni que decir tiene que repetí algún que otro dia y noche.
Me recomendaron fervorosamente que no dejara de ir a comer o mejor a cenar al "Peppino´s".Lo intenté las dos primeras noches, pero ante la imposibilidad de hacer una reserva y una vez localizado el sitio y valorando sus posibilidades pensé en guardarme ese as en la manga por si alguna compañía se prestaba a conocerlo a la vez que yo.
De todas formas consulté en la guía que muy amablemente Emilia y Julio me prestaron, gracias chicos,donde literalmente lo describía así:"Hermosa terraza sobre la bahía, platos esencialmente italianos, buenos postres caseros.Caro".
Afortunadamente hice uso del as en la manga y pude comprobar como en ocasiones las guías se equivocan.
"El Peppino´s" es un local pequeño de tres plantas.
La primera a nivel del suelo es pequeña y en ella a la izquierda se encuantra la barra.Tiene toda la pinta de estar destinada a bar y sólo si las reservas lo hacen necesario se transforma en comedor.Ni que decir tiene , que en temporada alta, casi siempre hace las veces del mismo.
Subiendo por unas estrechas escaleras adornadas por las celebridades que han visitado el local (tales como Brad Pitt, Madonna, Jhonny Deep, etc...) alcanzamos la segunda planta.Esta es la más sobria.Totalmente cerrada no tiene terraza ,pero en cualquier caso como todo el restaurant abarrotada.
Por último llegamos a la tercera planta, en la que con muy agradable compañía cené en alguna ocasión.Un ligero escalón limita la zona de sala con la zona de terraza y ésta siempre está solicitadísima.Aún así coseguí reservar una mesa, que definiría como tercera línea de playa, o mejor dicho de terraza.La vista de la bahía por la noche desde la terraza y más si tienes suerte y en algún pueblo del litoral celebran fuegos artificiales hacen de esa cena algo especial. Ese cúmulo de factores(las vistas, la cena, el vino, la temperatura, el trato exquisito de l@s camarer@s, los fuegos artificales, etc...) convierten el encuentro en el preámbulo de una noche de inolvidable recuerdo.
Un delicioso carpaccio de atún, junto a una pasta marinera, una botella de vino blanco italiano, expresso y limoncello, aparte de una cerveza como aperitivo hiceron que el "caro" fuera sustituido por un relación precio_calidad excelente.
De todas formas y dejando constancia de una suculenta y pantagreúlica cena lo mejor aunque parezca difícil fue la compañía en cada momento.
Por esa cena que citaba anteriormente pagué 10 liras , es decir 25 € .¿Os imaginaís si eso hubiera ocurrido en Casa Lucio, De María, etc,,, equiparables con el "Peppino´s" lo que habría pagado?
No quiero olvidarme tampoco del restaurante del hotel, estupendo e igualmente relación precio-calidad buenisima.Más cocina de autor, pero con los platos llenos.No como en España donde ese tipo de cocina es inversamente proporcional la cantidad al precio.No puedo dejar de recomendaros el atún a la pimienta si es que teneís la suerte de visitarlo algún dia.
De la misma manera y a otro nivel en una ciudad más al sur, Marsaskala, podeís deleitaros en el "sotto vocce".Aquí preparan de maravilla el pescado y uno de los pocos sitios donde comí carne y al ver el plato me recordó al País Vasco tanto por su cantidad como casi por su calidad.
Resumiendo, los restaurantes no son nada caros, con una más que buena relación calidad-precio con una oferta muy, muy variada y donde prima el pescado y la pasta además del conejo.
P.D. Respecto a los vinos , la mayoría italianos, pero no os vayaís sin catar el Isis. Vino blanco maltés que no tiene nada que envidiar a otros vinos muy afamados por aquí y bastante más económico.
La cocina maltesa está muy condicionada por el hecho de ser una isla y evidentemente tener en el mar una las despensas de su cocina.A pesar de la presencia del mar Malta tiene, que contradicción, más cazadores que pescadores. Quizá por ello uno de los platos típicos de su tenga como ingrediente principal al conejo.
Dada su cercanía con Italia, la isla como ya sabeís todos se localiza al sur de la famosa bota,la influencia italiana en la cocina se deja notar sobremanera.
La mayoría de restaurantes, sobre todo en las zonas turísticas, son regentados por italianos o en su defecto por malteses que peparan platos italianos.
En St. Julian´s , ciudad turística como he venido describiendo en las entradas anteriores, encontramos una gran oferta gastronómica.
Una vez enterado de aquellos que me podían ofrecer más garantía y muy cerca del hotel encontré el Bococcino."El Bococcino" es un local pequeño de no más de 8 mesas con las puertas abiertas y situado en la acera contraria al paseo marítimo.La primera impresión es la de un café o bar donde como mucho te sirven un bocadillo o algo de bollería, quizás por ello pasé por su puerta sin prestarle demasiada atención las dos o tres primeras veces.Pero un ataque repentino de sed me hizo entrar en él y mientras me refrescaba pude observar como servían en la mesa de al lado un tremendo plato de pasta , del que pensé comerían dos o tres personas.
Decidí en ese instante probar también esa pasta y no sin cierta dificultad y con un amezcla de italiano e inglés entablé conversación con el dueño.Tony es el propietario del restaurante.Es un tipo amabilisimo y conocedor de su negocio como pocos he visto.No importa la hora a la que llegus a su casa,nunca te iras sin comer."Full time" 24 hours recalca cada vez que el cliente cruza la puerta de su casa.
Me recomendó , el primer dia , que me tomara una cerveza tranquilamente mientras cocinaba un suculento plato de pasta con salmón y vodka del que perfectamente podían haber salido satisfechos dos comensales más.(para los que me conoceís imaginaros, ya que yo no soy de comer). La pasta estaba cocinada en ese punto que sólo los buenos cocineros italianos saben darle.Absolutamente deliciosa.Tony se quedó sorprendido cuando vio que podía con el plato y que acababa con él."Pocos lo consiguen" me comentó.
¿Y el precio? Valorar vosotros.Dos pintas de cerveza, un plato de pasta y un expresso me costaron 5,50 liras, que al cambio en € vienen a ser 12 €.
Ni que decir tiene que repetí algún que otro dia y noche.
Me recomendaron fervorosamente que no dejara de ir a comer o mejor a cenar al "Peppino´s".Lo intenté las dos primeras noches, pero ante la imposibilidad de hacer una reserva y una vez localizado el sitio y valorando sus posibilidades pensé en guardarme ese as en la manga por si alguna compañía se prestaba a conocerlo a la vez que yo.
De todas formas consulté en la guía que muy amablemente Emilia y Julio me prestaron, gracias chicos,donde literalmente lo describía así:"Hermosa terraza sobre la bahía, platos esencialmente italianos, buenos postres caseros.Caro".
Afortunadamente hice uso del as en la manga y pude comprobar como en ocasiones las guías se equivocan.
"El Peppino´s" es un local pequeño de tres plantas.
La primera a nivel del suelo es pequeña y en ella a la izquierda se encuantra la barra.Tiene toda la pinta de estar destinada a bar y sólo si las reservas lo hacen necesario se transforma en comedor.Ni que decir tiene , que en temporada alta, casi siempre hace las veces del mismo.
Subiendo por unas estrechas escaleras adornadas por las celebridades que han visitado el local (tales como Brad Pitt, Madonna, Jhonny Deep, etc...) alcanzamos la segunda planta.Esta es la más sobria.Totalmente cerrada no tiene terraza ,pero en cualquier caso como todo el restaurant abarrotada.
Por último llegamos a la tercera planta, en la que con muy agradable compañía cené en alguna ocasión.Un ligero escalón limita la zona de sala con la zona de terraza y ésta siempre está solicitadísima.Aún así coseguí reservar una mesa, que definiría como tercera línea de playa, o mejor dicho de terraza.La vista de la bahía por la noche desde la terraza y más si tienes suerte y en algún pueblo del litoral celebran fuegos artificiales hacen de esa cena algo especial. Ese cúmulo de factores(las vistas, la cena, el vino, la temperatura, el trato exquisito de l@s camarer@s, los fuegos artificales, etc...) convierten el encuentro en el preámbulo de una noche de inolvidable recuerdo.
Un delicioso carpaccio de atún, junto a una pasta marinera, una botella de vino blanco italiano, expresso y limoncello, aparte de una cerveza como aperitivo hiceron que el "caro" fuera sustituido por un relación precio_calidad excelente.
De todas formas y dejando constancia de una suculenta y pantagreúlica cena lo mejor aunque parezca difícil fue la compañía en cada momento.
Por esa cena que citaba anteriormente pagué 10 liras , es decir 25 € .¿Os imaginaís si eso hubiera ocurrido en Casa Lucio, De María, etc,,, equiparables con el "Peppino´s" lo que habría pagado?
No quiero olvidarme tampoco del restaurante del hotel, estupendo e igualmente relación precio-calidad buenisima.Más cocina de autor, pero con los platos llenos.No como en España donde ese tipo de cocina es inversamente proporcional la cantidad al precio.No puedo dejar de recomendaros el atún a la pimienta si es que teneís la suerte de visitarlo algún dia.
De la misma manera y a otro nivel en una ciudad más al sur, Marsaskala, podeís deleitaros en el "sotto vocce".Aquí preparan de maravilla el pescado y uno de los pocos sitios donde comí carne y al ver el plato me recordó al País Vasco tanto por su cantidad como casi por su calidad.
Resumiendo, los restaurantes no son nada caros, con una más que buena relación calidad-precio con una oferta muy, muy variada y donde prima el pescado y la pasta además del conejo.
P.D. Respecto a los vinos , la mayoría italianos, pero no os vayaís sin catar el Isis. Vino blanco maltés que no tiene nada que envidiar a otros vinos muy afamados por aquí y bastante más económico.
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